Dos poemas: Antología Medrosa de Iván García Guerra.

Dos poemas de la sección “Búsqueda”, pertenecientes a la sexta parte del libro “De amar y penar”, Antología Medrosa de Iván García Guerra. Pendiente de publicación. Son poemas que se refieren a un período de investigación espiritual.

Mansión interior
1979

Hay un espacio, destino de los ojos del espíritu y en su azul eternal te regala mansiones; el imperio del Padre que hoy es nuestro.

Mi oración es mi ansia de engarzar en la cadena de tu obra. Voz de alba redonda; calor de plenitud de mediodía; anuncio del descanso.

No, ¡¿qué digo?!... Tú no eres la paz, angustiante alegría: eres el movimiento que no cesa, que disfruta al nacer; y el placer sin fronteras del crecer que te asfixia y te da vida; dolo gozoso, rayo atronador, mansedumbre del trueno, dulzura en la retama,:luz de esperanza, cielo en nosotros.

Para ti quien eres humildad... sólo el silencio cabe: no hay voz a tu estatura, no hay loa que te alcance para hacerte alabanza.

¿Por qué entonces habría de cantarte?, hombre de hombres.

Y sin embargo lo hago, deseo hacerlo; quiero elevar mi voz de añil y de luces de nubes de armonía hasta el claro misterio de tu estatura.

Ya no debo voltear los ojos hacia arriba para poder alcanzarte; mi mirada se adentra, percibiendo como crece la vida sin fronteras en el interno espacio.

Hijo, hermano, camino, tu has unido al humano con los ángeles del cielo: no en la cruz, liberado en el umbral del tiempo, siempre abiertos tus brazos.

Amistad es tu nombre, bondad irresistible: el amor es tu esencia, el amor de los predios de la carne, el ígneo insustentado amor, el mismo amor tú mismo.

Prisionero te han dicho de nuestros interiores; ¿Pero, cómo encerrar lo que es el todo? Eres la libertad inexpugnable; la libertad tú mismo.

Has puesto el universo en nuestro pecho; más adentro del sístole y del diástole; circular en espacio y en el tiempo dentro de nosotros. Estás ahí, lumbrera inextinguible a pesar de los giros de la noche.

Soy capaz de crecer gracias a ti al poderte albergar en mí (graciosa concesión); semilla culminada de Cenit que se siembra en Nadir para hacer aún más grande lo imposible posible: que crezca lo infinito.

¡Gracias!

Eres

Canción al Divino Ser 
que me acogió bajo su sombra-luz, 1985 

¡Oh, Divino Misterio! 
Eres tan infinito 
y aún tan cercano, 
amado Padre, 
Maestro y Señor...

Eres lo que busco 
en la tímida flor en medio de lo agreste 
y eres lo que procuro 
en la profundidad de una noche estrellada.

Eres mi piedra angular, 
eres mi sendero, 
eres mi sola necesidad 
mucho más allá 
de cualquiera ilusión de este mundo.

Eres mi predio de paz 
y mi fuerza en toda lucha; 
eres una cristalina corriente de gozo 
y eres consolación cuando hay pesar.

Eres mi único rey 
y todo mi poder ciertamente viene de ti; 
eres mi Padre 
y la inmerecida meta de mi amor paternal; 
eres mi amador y mi amor y mi ser.

Eres el bastión 
donde todos mis temores son apartados; 
eres el santuario 
donde mi pureza es conservada con vida; 
eres el templo 
donde mi potencial habita.

En Ti mi vida es 
una inmensidad expansiva 
descubriendo 
los infinitos límites del amor.

Eres para mí 
la puerta hacia la inmortalidad; 
eres el ígneo y dulce hogar 
que humildemente pido para la eternidad... 
cuando me vaya.

Sé que tus brazos 
están completamente abiertos en todo momento 
para recibir a éste tu hijo 
que sólo aspira a crecer 
y disfrutar siendo un buen servidor en los universos que eres.